Hace unos días te habla de las cuatro enfermedades que suelen atacar al emprendedor moderno (y al que no lo es tanto) y te prometí desarrollar un poco más sobre cada una de ellas asique aquí vamos con la primera
Esta fue con la que comencé la lista y la bauticé Desperdicitis.
Esta enfermedad ataca directamente dos de los recursos más importantes del emprendedor: Su tiempo y energías.
La desperdicitis toma una gran cantidad de tiempo y una enorme porción de energías y las pone a disposición de situaciones que no lo ameritan. Las desperdicia o las pone del lado equivocado.
Es la culpable de que por ejemplo, te enojes con tus clientes y que sientas que a pesar que tu les brindas siempre todo lo mejor, ellos deciden ir a comprar a otro lado, que lo traten mal y le vendan caro.
Por cierto. Si! estoy siendo irónico.
Volviendo al tema, esta enfermedad hace que desperdicies tus recursos creyendo que el problema es el cliente cuando es mucho más fácil y productivo asumir que el problema es interno y trabajar para cambiarlo y solucionarlo.
Cuando sufres de esta enfermedad puede suceder que te pases más tiempo buscando a los culpables que soluciones.
¿Es importante saber quien fue? Tal vez sí.
¿Eso solucionara algo? La mayoría de las veces no.
La desperdicitis te desenfoca. Te nubla la mente. Y como extra hace que siempre estés apurado y cansado.
Tu tiempo y energía son limitados y extremadamente valiosos. No puedes desperdiciarlos en cualquier cosa. Por eso si quieres tener éxito con tu negocio tienes que darle el valor que merece y ponerlos donde realmente vale la pena.
Ya es momento de dejar la mala costumbre de poner tus recursos en batallas perdidas. Deja de enfocarte en los problemas y buscar culpables. Cambia el enfoque y lo que no tiene solución por doloroso e indeseable que sea, lo aceptas y ya.
Si crees que pudiste haber hecho algo para que el resultado sea diferente, lo aprendes como lección y sigues tu camino. Esa es la mejor manera de sacar provecho a una mala situación.
Es mucho más inteligente hacerlo de ese modo , que quedarse estancado, negándose a aceptar lo sucedido y desperdiciando más y más recursos.
Deja de buscar culpables. Es tan poco productivo que enloquece.
Usa ese tiempo y energías en buscar soluciones .Ponlas en práctica, y disfruta de haber sido lo suficientemente inteligente, hábil y activo como para arreglarlo.
Te lo repito, tus recursos son limitados y la mejor manera de hacerlos valer es ponerlos donde multipliquen su poder y valor.
Te dejo un gran abrazo y no te olvides que en unos días seguimos con la próxima enfermedad del emprendedor moderno.